jueves, 2 de abril de 2009

Radio

La habitación aparentaba silencio, mientras un anciano reposaba en su mecedora, vestía una camisa abierta bajo una chaqueta de gamuza, unos pantalones de tela y estaba descalzo; a su lado había una repisa con una pecera, algunos libros viejos, monedas, vasos y una radio. No había nada más en la habitación. El ventanal, abierto de par en par, dejaba entrar la luz del mediodía acompañada de una brisa lenta. El anciano rascó su cabeza y piojos escaparon de sus dedos, a través de una escasa cabellera blanca.

Prendió la radio.

Una vos rasposa comenzó un relato, un mono de circo había robado una bolsa de maníes a un elefante y este le lanzaba trompadas. Odiaba las radionovelas. Cambió la frecuencia.
Ahora los tambores y las trompetas saturaban el canal con una melodía húngara; melodía que
sintetizó: Ruido.

Apagó la radio.

Tomó un libro de la repisa, era pequeño, de color verde, lo hojeó y nuevamente sintetizó: Palabras.
Luego tomó uno grande y azul, en la tapa decía: La Gran Ballena Azul y su entorno marino; título que le recordó cambiar el agua a sus peces. Tomó un sorbo de cerveza caliente que había en un vaso de plástico, derramó un poco sobre la ballena azul y salió por el ventanal.

Afuera el sol cegó sus ojos, alcanzó a ver un árbol vertiginoso mientras caía, había resbalado por un charco de agua que había en la terraza. En el suelo, mientras una nube comienza a tapar el sol, vio su mano ensangrentada luego de haber tocado su nuca.

Maldijo la radio.

1 comentario:

celestemarina dijo...

es entretenido darse cuenta como todo está interrelacionado,
por ejemplo:
una vez yo fui a Pánico a Valpo, y hoy no sé como chucha llegué aquí, y tuve la sensación de haberte visto antes y después por el nombre de tu blog me acordé de pánico y chán!
estabas ahí o no? :s que raro, además nunca me acuerdo de las caras...

saludos! suerte,
es bueno tu blog =)